Luego de que la farmacéutica reconociera frente a un tribunal británico que su inoculación contra el coronavirus, elaborada de urgencia en medio de la pandemia, podría causar efectos secundarios poco comunes, se dio a conocer que una mujer cordobesa inició una demanda por daños y perjuicios.
La protagonista reclama a AstraZeneca y al Estado Nacional una suma millonaria alegando que, inmediatamente después de recibir la dosis de dicha empresa, fue diagnosticada con el Síndrome de Guillian Barre. Se trata de un trastorno que afecta al sistema inmunológico, atacando los nervios y paralizando el cuerpo en su totalidad.
Según explican los involucrados, el litigio comenzó tiempo antes de la comprobación en Europa y de la retirada del producto del mercado internacional; y que se inició primero ante el Ministerio de Salud y que, dada la falta de respuestas, fue llevada posteriormente a los tribunales federales de Río Cuarto.
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La causa contra AstraZeneca
Lo que la víctima de 39 años sostiene es que hubo un “daño a la fe pública y al sistema de salud en general” por parte de la farmacéutica. En ese sentido los resarcimientos reclamados se dividen en: incapacidad sobreviniente (7,4 millones de pesos); fondo de reparación de la Ley 27.573 sobre las vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el COVID 19 (25,3 millones de pesos); proyecto de vida-pérdida de chance (9,3 millones de pesos); daño moral (7,5 millones de pesos); daño moral de la pareja (1,5 millones de pesos); daño punitivo (49,5 millones de pesos); y daño emergente (180 mil pesos).
Cuando Flavia Ochoa fue diagnosticada, apenas días después de vacunarse, se le dió aviso de que estaría al menos dos meses en silla de ruedas para luego dar comienzo a un tratamiento de rehabilitación. El hecho ocurrió el 4 de enero de 2022 y a día de hoy los tratamientos continúan. La afectada manifiesta extrema debilidad en los miembros inferiores con consecuente incontinencia, dolor de espalda y depresión; además de necesitar un andador. Por otra parte, las molestias incluyen mareos, migrañas y náuseas.
Los médicos que la acompañan en el caso aseguran que no habrá mejoras en el futuro y que la situación incapacitante la acompañará de por vida.
Más de un damnificado
El marido de la víctima, que también está encausado en el litigio, asegura que la incapacidad de su pareja también le ha afectado física y psicológicamente. Sostiene que desde que empezaron los síntomas se siente “totalmente superado y vencido”, siendo que debe cargar con la responsabilidad completa de las tareas del hogar y de las tareas de cuidado del hijo que tienen en común.
Por último, Ochoa asegura que tomó la decisión de inocularse por la presión social, laboral, de los medios de comunicación y coacción ejercida desde el mismo Estado. Asimismo, declaró que jamás fue informada ni advertida sobre los efectos adversos que podría traerle el fármaco de AstraZeneca.