Se trata de Julián Suárez, quien trabajaba como director de Control y Fiscalización Pesquera. Si bien llevaba más de cuatro años ejerciendo este rol decidió presentar su renuncia indeclinable hace algunas horas.
Según informan, el funcionario había recibido una llamada por parte de un alto cargo de Cancillería. El mismo habría intentado interceder a favor del barco pesquero Tai An, un navío de bandera argentina ubicado en Tierra del Fuego.
La infracción pesquera
La nave, perteneciente al empresario chino Liu Zhijiang, había sido denunciada hace unos días por depredar una zona prohibida, donde habita la merluza negra. Estos animales no pueden ser cazados sin autorización previa, tanto por barcos locales como extranjeros.
En ese sentido, Tai An estaba trasladando más de 163 toneladas de esta especie sin poseer ningún permiso. Ante esta situación la Prefectura ordenó a los tripulantes regresar al puerto inmediatamente.
Sería este el contexto en el que Pablo Ferrara, Coordinador General en Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, habría llamado a Suárez en un “tono intimidatorio” para cuestionar el procedimiento y ordenar la libre circulación del vehículo.

Lo que hay detrás
Esta llamada no sería el principal motivo de la renuncia. El exdirector mencionó que desde diciembre viene enfrentando una serie de presiones relacionadas a medidas que considera “descriteriadas”, como el despido de 50 personas a su cargo; sin embargo, esta sería la gota que rebalsó el vaso.
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Sobre la merluza negra, se trata de una especie muy codiciada y costosa en el mercado con un precio de hasta 30 mil dólares. En nuestro país el Estado regula su comercio en hasta 3.700 toneladas anuales. Es por eso que las 163 toneladas, en un barco y en un único día, representaban una amenaza. En total, estaban depredando el equivalente a 5 millones de dólares en pescado.