Así como los dispositivos de vapeo, estos aparatos ganaron terreno en los últimos años con la idea de evitar el consumo de los cigarrillos convencionales de tabaco o con miras a abandonarlos en algún momento. También se los conoce como sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) y, a veces, sistemas electrónicos sin nicotina (SESN).

Sin embargo, estos dispositivos de reemplazo son objeto de numerosas investigaciones para determinar si su uso genera consecuencias negativas tan perjudiciales como las del fumar tradicional, o más.

Muchos estudios anteriores intentaron analizar el contenido de los cigarrillos electrónicos, pero esta investigación de 2021 fue la primera en utilizar una técnica avanzada de huellas dactilares capaz de identificar sustancias químicas tanto en los alimentos como en las aguas residuales. Los investigadores concluyeron que los efectos sobre la salud a largo plazo de los cigarrillos electrónicos siguen siendo en gran parte un misterio. En otras palabras, los usuarios deben al menos ser conscientes de que se están exponiendo potencialmente a sustancias nocivas.

Los investigadores explican que el problema es que los aerosoles de los cigarrillos electrónicos contienen otras sustancias químicas no caracterizadas que podrían tener riesgos para la salud que aún no conocemos.

Las investigaciones previas sobre los cigarrillos electrónicos se centraron en identificar los mismos productos químicos peligrosos que se encuentran en los cigarrillos de tabaco. Esta vez, sin embargo, los autores del estudio hicieron un rastreo de la red química mucho más amplio.

Entre la pequeña porción que los investigadores pudieron reconocer, se determinó que seis eran potencialmente dañinos, incluidos tres químicos nunca antes encontrados en los cigarrillos electrónicos. Por ejemplo, afirman haberse sorprendido bastante al ver cafeína en dos de las cuatro marcas analizadas.

Si bien aún puede ser cierto que los cigarrillos electrónicos son una alternativa más saludable a los productos de tabaco regulares, los investigadores señalan que muchos jóvenes de hoy en día nunca fumaron cigarrillos. En tales escenarios, los cigarrillos electrónicos son un hábito no saludable, no el menor de los dos peligros para la salud.