Rajesh Vishwas, del departamento de alimentación, ordenó vaciar una presa para recuperar su teléfono, valorado en 1.200 dólares que se le había caído en las aguas de Kherkatta mientras se sacaba una selfie.
Durante tres días la India se dedicó a drenar el dique. Los encargados de la misión usaron una bomba diésel para retirar dos millones de litros de agua, suficiente para regar 600 hectáreas de cultivos.
La historia, recientemente publicada por la BBC, ocurrió el 21 de mayo en medio de un picnic en el que Vishwas se encontraba disfrutando con amigos. El teléfono en cuestión es el Samsung Galaxy S23 Ultra, y había sido comprado apenas dos meses antes.
En un comienzo se le pidió a los vecinos de la zona nadar en las aguas para rastrear el celular. Durante dos días lo hicieron, pero sin resultados.
Según el funcionario los locales fueron los que insistieron en sacar algunos metros de agua para ayudarlo, pese a que él ya había desistido. En sus palabras, esto ocurrió porque los lugareños le tienen buena estima.
También insiste en que actuó con el permiso verbal del Departamento de Recursos Hídricos. Sin embargo, las autoridades indias parecen contradecirlo porque lo destituyeron este viernes de su cargo por “abusar de su posición”.
Esto se da en medio de la temporada de verano y en un contexto de sequía extrema en el país. Por su parte, Vishwas sostiene que su comportamiento no fue perjudicial porque “la pérdida fue mínima”, agregó que el embalse tampoco era utilizado para riego sino para actividades recreativas como excursiones o para bañarse.
También aseguró que la operación podría haber resultado en beneficio de los agricultores. Otro de sus argumentos es que su teléfono contenía documentos confidenciales.
El teléfono sí, fue recuperado, pero como te imaginarás ya no funcionaba.