Se trata del activista Filogonio Martínez Merino, protector del río Verde, ex-agente municipal del Paso de la Reina, quien fue encontrado muerto este miércoles en la comunidad de Piedra Blanca (Oaxaca).

Desde la organización no gubernamental Educa han exigido a la Fiscalía General del Estado que abra una investigación para esclarecer los hechos. Asimismo, pidieron a la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo que otorgue medidas cautelares para la comunidad.

Con este caso ya son seis las personas que se oponían a proyectos hidroeléctricos para proteger el mencionado río que desde principios del año pasado han sido víctimas de homicidio en esa localidad, ubicada en una de las regiones más peligrosas del país para activistas y defensores ambientales.

Debido a esta ola de crímenes, todos ellos cometidos contra miembros del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (Copudever), en ese momento Martínez Merino solicitó medidas cautelares colectivas para la comunidad local, que todavía están vigentes. Aún no se han identificado a los responsables.

Los defensores del planeta ¿se encuentran bajo amenaza?

1733 personas defensoras de la tierra y del ambiente fueron asesinadas en los últimos diez años en todo el mundo. El nivel de esta violencia se dimensiona aún más con este dato: cada dos días, en promedio, se consumó un ataque letal en contra de una persona que decidió defender los bosques, las selvas, el agua, la fauna, la tierra, la vida.

El 68 % de esos homicidios han ocurrido en países de Latinoamérica y el 39 % de ellos han sido en contra de pobladores indígenas.

Estos son algunos de los datos que se incluyen en el informe “Una década de resistencia”, el más reciente de Global Witness, organización no gubernamental que desde 2012 documenta las violencias que sufren los protectores ambientales.

El informe presenta también los datos del 2021. En ese año, la violencia  tampoco se detuvo: al menos 200 hombres y mujeres fueron asesinados. En promedio, se registraron cuatro homicidios por semana. Y el 40 % de todos los ataques fatales fueron dirigidos en contra de personas indígenas, a pesar de que sólo representan el 5 % de la población mundial. Esta situación es más evidente en México, Colombia, Nicaragua, Perú y Filipinas.