El pasado martes la Comisión Europea pidió la postergación por un año de la Ley contra la Deforestación Importada, la cual es muy criticada por países como Estados Unidos, Brasil e Indonesia, entre otros.
Jessika Roswall, comisaria europea de Ambiente, indicó que el organismo necesita más tiempo para que la ley esté plenamente operativa, sobre todo el sistema informático de monitoreo de los bosques.
Lo que establece la ley
Entre los objetivos de la normativa se encuentra prohibir la comercialización en Europa de productos como el aceite de palma, el café, el cacao, la soja y la madera que procedan de tierras que fueron deforestadas luego de diciembre de 2020. Las empresas importadoras deberán proporcionar datos de geolocalización brindados por los agricultores, junto con imágenes satelitales.
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Frente a estos retrasos, organizaciones ecologistas calificaron la decisión como una «motosierra» contra los bosques. Indican que, casualmente, la medida llegó pocas horas después de la conclusión de un acuerdo de libre comercio con Indonesia, país muy crítico con la legislación europea.

El rechazo de parte de la UE
Por su parte, distintos países de Europa -como Italia y Austria– presionan para que se revise el texto o que se retrase aún más su entrada en vigor, ya que consideran que las «exigencias impuestas son demasiado altas e incluso imposibles de aplicar«.
Además, la normativa cuenta con una fuerte oposición por parte de los sectores empresariales del agronegocio y de numerosos Estados africanos, asiáticos y americanos, esto se debe a la preocupación del costo que implicará para los explotadores forestales.