El año pasado se produjo el descarrilamiento del tren de Norfolk Southern con sustancias químicas tóxicas, lo que provocó una catástrofe ambiental sin precedentes en este estado norteamericano.

Las repercusiones del derrame tóxico de Ohio

A partir de esta problemática, un reciente documento publicado por el medio AP indicó que los trabajadores que se dedicaban a limpiar los destrozos reportaron dolores de cabeza y náuseas, motivo por el cual se vieron obligados a alejarse de sus puestos laborales.

Los síntomas mencionados en el informe coinciden con los que habían advertido los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades después del accidente.

A estos reportes se le suman otras quejas de los residentes de la zona, como erupciones cutáneas inexplicables, asma y otros problemas respiratorios, así como también enfermedades más graves, como el cáncer de mama masculino.

El daño del accidente

Los últimos informes, publicados en junio, indican que el descarrilamiento afectó a 16 estados y a cerca de un tercio de la población del país, y que los productos tóxicos se extendieron a lo largo de una superficie de 1,4 millones de kilómetros cuadrados.