Para el 2050 es probable que haya más plástico que vida marina. Entonces todos los animales lo habrían consumido y lo tendrían rondando en sus sistemas digestivos.

 

Para hacer frente a este problema, desde España salió una iniciativa llamada SORBOS, pajitas biodegradables con un rasgo diferencial: son comestibles.

 

La marca SORBOS no sólo hizo que las pajitas fueran comestibles, sino que sacó ocho sabores: neutro tradicional, limón, manzana verde, lima, chocolate, fresa, jengibre y canela. Los ingredientes son naturales y sin alérgenos, pero al mismo tiempo garantizan que se mantengan rígidos al introducirlos en la bebida.

 

De esta forma podemos disfrutar de un sorbete, pero sin dañar el ambiente, haciendo de este hábito, una actividad ecológica.

Fuente, ECOinventos.