En 1965 Singapur era el paraíso de la contaminación, con ríos cenagosos, canales contaminados y aguas negras sin tratar. El país vivió un cambio y pasó de ser un estanque contaminado a una potencia verde a nivel global.

La Junta de Parques Nacionales, Lim Liang Jim, compartió su visión del futuro de Singapur. Un futuro dependiente de que sus estudiantes se vuelvan ecoactivistas y preserven los logros alcanzados desde los primeros días de la ciudad-estado.

En Singapur pueden verse plantas creciendo hasta la punta de los rascacielos, un jardín o parque en prácticamente todos los rincones de la ciudad y equipos de voluntarios que recorren la isla cuidando de la vida silvestre.

El enfoque ha sido construir una ciudad habitable y sostenible, con una política pragmática basada en sólidos principios económicos y científicos; un enfoque en la planificación a largo plazo y la capacidad de movilizar el apoyo popular para el bien común.

Durante treinta años, la ciudad limpió concienzudamente sus áreas contaminadas y determinó que en todas partes donde se mirara, se podría encontrar vegetación. Revolucionó el concepto de selva de concreto.

Fuente: Noticias ambientales