El Grupo de Química Teórica y Computacional de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI), liderado por el catedrático Juan Andrés Bort, ha participado en un proyecto de investigación internacional para el desarrollo de sensores electrónicos que eviten la intoxicación por monóxido de carbono, gas natural y gas envasado.
El trabajo ha servido para fundamentar un proyecto de ley en Argentina con el objetivo de establecer la obligatoriedad de instalar en los espacios públicos sensores de gases tóxicos y explosivos que cuenten con un mecanismo de corte de gas.
Actualmente se producen más de 250 muertes y 2.000 intoxicaciones al año por este motivo en el país. El sistema, que está en proceso de patente internacional, está dividido en dos partes interconectadas.
La primera parte consiste en los sensores que detectan la presencia de monóxido de carbono y otros gases peligrosos. Por otro lado, se instalará un sistema receptor. En caso de detectarse una concentración de gas superior al límite de seguridad, los sistemas de transmisión emitirán una señal audible y enviarán un mensaje al sistema receptor, que interrumpiría el suministro de gas.
El envío de las señales entre los transmisores y el receptor propuesto sería llevado a cabo a través de cables de la red eléctrica, ya que otras tecnologías actuales, como el Wi-Fi o el Bluetooth, no son eficaces a largas distancias y son también susceptibles al entorno donde están instaladas.
Es importante remarcar que esta tecnología de seguridad no interfiere en los elementos del hogar ya existentes. Además, si se detectara gas, se protegería no sólo el sector de combustión de los equipamientos que utilizan gas, sino todo el sistema, incluidas las fugas de gas en los tubos de la red del hogar que están ligados a los electrodomésticos, duchas y equipamiento de calefacción central. De esta forma, se podrían evitar posibles envenenamientos, explosiones o incendios.
Fuente SINC.