El agua del lago Chad se acaba. Ha perdido el 90% de su superficie en 40 años. La desertificación hace que la vida de la gente del lago sea aún más dramática e incierta.
El cambio climático, la intensificación del clima seco y árido y la reducción de las precipitaciones también han llevado a un incremento en el uso del agua de riego. La disminución del agua, el principal activo y motor de desarrollo económico y social del país, ha llevado a la destrucción de los medios de subsistencia y a la pérdida de la biodiversidad.
Más de siete millones de personas sufren inseguridad alimentaria y tienen dificultades para acceder a la comida, el agua, la educación y la salud y 500.000 niños padecen desnutrición severa, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En la Conferencia de Berlín celebrada los días 3 y 4 de septiembre, participaron 70 países, ONG y agencias internacionales, y se asignaron 2.700 millones de dólares para invertir en los próximos años en toda la región del lago y combatir una crisis humanitaria de proporciones bíblicas que afecta a un total de casi 17 millones de personas.
Fuente, El País.