El Senado local aprobó las cinco leyes que eran requeridas por el Ejecutivo provincial para poner en marcha un nuevo ordenamiento territorial de bosques nativos, lo que preocupa a las comunidades locales por su potencial impacto negativo en la flora de la provincia.

El proyecto fue rechazado por organizaciones ambientalistas y comunidades originarias, ya que habilita el desmonte de más de 700.000 hectáreas de bosques.

La palabra del Senado

El senador por Chicoana, Esteban D’Andrea, fue quien informó esta medida, y la respaldó al decir que “la actualización del ordenamiento territorial» permitirá «a través de la zonificación, el desarrollo de todos los bosques de la provincia”. Además, remarcó que lo aprobado corresponde a una “actualización del ordenamiento territorial» que debería haberse presentado en 2019.

El proyecto redistribuye más de 30.000 hectáreas de categoría 1 (es decir, sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse; son los que deben permanecer como bosques para siempre) y reducirá en unas 300.000 hectáreas la categoría 3 (sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad), con el objetivo de equilibrar la distribución del verde en toda la provincia, según las declaraciones.

Los peligros del nuevo ordenamiento de bosques

Noemí Cruz, coordinadora de la Campaña de Bosques de Greenpeace, definió a este proyecto como “un golpe devastador para los ecosistemas de la región”. Por eso, busca llevar este proyecto a la Corte Suprema, en un intento por frenar los desmontes que, según Cruz, amenazan la subsistencia de especies emblemáticas como el yaguareté.