El origen de este se remonta al año 2009 cuando la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas proclamó el 22 de abril como su Día Mundial, reconociendo que el planeta y sus ecosistemas son nuestro hogar común, y expresando su convicción de que es necesario promover la armonía con la naturaleza.
En esta fecha los Estados señalan factores que perjudican la calidad de vida que existe en nuestro planeta como: la pérdida de biodiversidad, la desertificación, el cambio climático y la interrupción de varios ciclos naturales.
Es por ello que las Naciones Unidas invitan a los países miembros a prevenir, detener e invertir la degradación de nuestro hábitat, en todos los continentes y océanos, a fin de alcanzar los grandes objetivos de la Agenda 2030.
Es por ello, que en homenaje a este día debemos tomar acción, porque los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos, el calor cada vez es más extremo y los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos aumentan su frecuencia y peligrosidad afectando a millones de personas.