Así se les conoce a las temperaturas extremas que se dan en los océanos más cálidos. Si bien puede sonar como un evento agradable para quienes están vacacionando, la realidad es que afectan drásticamente la salud general de los ecosistemas de todo el mundo.
Hay que tener en cuenta que esta problemática influye directamente en la distribución de las especies marinas y su reproducción. Esto mismo, puede alterar la productividad primaria y aumentar el riesgo de interacciones negativas entre humanos y vida silvestre.
Una reciente investigación publicada en Nature Communications generó, a través de una combinación de observaciones y modelos informáticos, una primera evaluación amplia de este fenómeno, y concluyó que estos se han vuelto un 50 % más frecuentes en la última década, al tiempo que se pueden dar simultáneamente en la superficie y en las profundidades.
La mayor parte de los estudios realizados hasta el momento se habían centrado en las temperaturas de la superficie del océano.
Los autores sugirieron en su investigación que será importante mantener los sistemas de monitoreo de la plataforma continental existentes y desarrollar nuevas capacidades de monitoreo en tiempo real para alertar a los administradores de recursos marinos sobre las condiciones de calentamiento del fondo.