El río Negro llegó este lunes a su nivel más bajo de agua en los últimos 120 años de mediciones realizadas por las autoridades en Manaos, la capital del estado de Amazonas.
Según datos obtenidos por el Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas (INPA), el nivel de agua del afluente para este lunes fue de 13,59 metros, cuatro centímetros menos que el registro más bajo.
La histórica sequía en Manaos ha transformado los paisajes y la vida de las personas que dependen de este cuerpo de agua. Varias comunidades y playas se encuentran aisladas y en situación de escasez, sobre todo las poblaciones indígenas y ribereñas.
En paralelo la central hidroeléctrica de Santo Antonio, la cuarta más importante de Brasil, debió ser paralizada durante dos semanas debido a la sequía del río Madeira, uno de los principales afluentes de la Amazonía brasileña. Hablamos de una baja que promedió un 50 % menos de los parámetros históricos.