Desde el INTA aseguran que un manejo cuidadoso y planificado puede ayudar a minimizar el impacto negativo en los animales para una rápida y efectiva recuperación del estado corporal. Explican que las inundaciones influyen en forma directa al ganado, y a largo plazo comprometen la productividad de los pastizales, cultivos y pasturas, favoreciendo el desarrollo de especies indeseables como las leñosas y malezas tóxicas.

 

Explican que se debe tener en cuenta que el ganado en general consume entre el 2,5 al 3 % de su peso vivo, preferentemente heno en situaciones donde no se dispone de pasturas. El alimento que se le suministre no debería contener menos de 8 % de proteína y 50 % de Total de Nutrientes Digestibles (TND)”.

 

Fuente: Diario Chaco