¿Qué empresas apoyan la protección del clima y cuales la obstruyen? Un estudio examina la influencia de las 250 empresas más grandes. 35 obstruyen la protección del clima y 15 defienden los objetivos de París.
InfluenceMap, una organización británica sin fines de lucro, examinó en su último informe (Corporate Carbon Policy Footprint) evaluó alrededor de 30 mil documentos, incluidos informes oficiales, discursos y publicaciones en periódicos.
Según el informe, sólo 15 de las 250 empresas más grandes del mundo están activamente involucradas en la protección del clima. En primera fila del ranking se encuentran Apple, el fabricante de alimentos y cosméticos Unilever y el gigante de muebles IKEA. Luego siguen empresas energéticas como Enel, Iberdrola, EnBW y EDF, que alinean su modelo de negocio hacia energías renovables, fabrican coches eléctricos como Tesla, o empresas que usan energía de fuentes 100% renovables como Coca Cola y Nestlé.
Sin embargo, según el informe, 35 empresas trabajan activamente contra la política climática y adoptan una postura de oposición hacia el acuerdo climático de París.
El ranking de las compañías que amenazan el clima es liderado por las empresas estadounidenses Koch Industries, Sourthern Company y ExxonMobil. Ellos ganan su dinero con carbón, petróleo, gas y productos químicos.
Según el informe, las empresas de la industria de los fósiles, como las compañías petroleras Chevron, BP, Total y Royal Dutch Shell, y las empresas que consumen mucha energía como BASF, ArcelorMittal, Dow Chemical y Bayer, figuran entre las compañías con políticas no favorables al clima.
Sin embargo, en la industria automotriz los grupos de presión en contra de una protección del clima podrían cambiar pronto su actitud. Según Dylan Tanner, de InfluenceMap, se espera que los fabricantes de automóviles cambien de lado en cuanto empiecen a fabricar coches eléctricos.
Un número cada vez mayor de fondos de pensiones y también compañías de seguros incorporan criterios de protección climática a su estrategia de inversión. Por un lado por razones morales, y por otro porque el modelo de negocio de la economía fósil ya es considerado riesgoso y sin mucho futuro.
Fuente: DW