Un estudio lanzado recientemente por el medio Proceedings of the National Academy of Sciences analizó datos de más de 400 locaciones en 37 países africanos desde 1964 hasta 2016. Gracias a ellos pudieron notar una merma del 77 % en la cantidad de elefantes. Explican que estos números son alarmantes.
Los expertos atribuyen este cambio a factores como la caza furtiva, la cual se ve impulsada por la demanda de marfil en los mercados internacionales, sobre todo en Asia. Al respecto, los puntos más perjudicados fueron los de sabana y bosque. En el primer caso hubo una diezma del 70 %, mientras que en el segundo, la reducción fue del 90 %.
La mayor amenaza de los elefantes
Respecto al comercio ilegal, detallan que los delincuentes utilizan métodos brutales, como trampas, veneno y armas de fuego, que impiden su supervivencia. Esta situación desestabiliza las estructuras sociales de esta especie, lo que se ve reflejado en la reproducción.
Las consecuencias también son notorias en los ecosistemas, dado que estos mamíferos desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas y en la configuración de los paisajes. Ante este panorama, la lucha contra el tráfico se vuelve esencial, por lo que las autoridades han pedido -en más de una ocasión- la ayuda internacional.
Falta de apoyo
Al respecto, organizaciones como la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) están implementando cada vez más restricciones contra el comercio de marfil; sin embargo, han resaltado sus limitantes a la hora de combatir el mercado negro.
Otra amenaza a tener en cuenta para los elefantes, es la expansión del sector agrícola y la urbanización que resultaron en una significativa pérdida de hábitat. No sólo se trata de la reducción del espacio disponible, sino de la fragmentación de las poblaciones que resulta en menos reproducciones y un aumento de las vulnerabilidades. Por otro lado, estos animales terminan compitiendo con los humanos por recursos esenciales como el agua.