Se comenzó con el registro satelital de seis lobos marinos juveniles, todos rescatados en San Clemente del Tuyú con distintas patologías, asistidos y ahora, una vez recuperados,  devueltos al mar abierto.

Se trata de pequeñas mochilas colocadas en el lomo de los animales, que cuentan con una antena de diez centímetros, fundamental para el registro.  Con esta aparatología podrán, durante los próximos dos o tres meses, conocer un poco más sobre el rumbo, escalas y comportamientos de los mamíferos.

A partir de un convenio con el CONICET y la Fundación Mundo Marino, esta última encargada de la rehabilitación de los animales, por primera vez se podrá saber cuál es la ruta de estos ejemplares en su vuelta al océano luego de pasar entre 25 a casi 60 días bajo tratamiento por profundos corte y/o cuadros de desnutrición o deshidratación.

Fuente La Nación.