Una observación realizada por investigadores de Estados Unidos y Canadá, permitió descubrir que una población de cangrejos curtidores se alimenta de bacterias y arqueas que manan de las fugas de metano producidas en el fondo marino de la Columbia Británica en Canadá.
A pesar de las observaciones, y ante la falta de pruebas de que los cangrejos se nutrieran realmente de metano, los investigadores examinaron a los animales y encontraron evidencia química de trazadores en sus entrañas y evidencia biogeoquímica en sus tejidos.
Fuente El Espectador