La Fundación Mundo Marino documentó la liberación de 11 ejemplares magallánicos (Spheniscus magellanicus) en las playas de San Clemente del Tuyú en Buenos Aires. Los pingüinos en cuestión habían sido hallados en diferentes localidades de la provincia con signos de desnutrición y debilidad. 

Detrás de su mejoría se encuentra el Centro de Rescate de la organización, que también estuvo a cargo del proceso de reinserción, el cual contó con el apoyo de estudiantes del Instituto Inmaculada Concepción. 

Más sobre los pingüinos

Respecto a los animales, cuatro de ellos eran ejemplares adultos y los 7 restantes eran juveniles, probablemente nacidos durante la última temporada reproductiva en la Patagonia. Siendo así, éstos se encontraban realizando su primera migración trófica hacia el norte cuando fueron encontrados. 

El trayecto en cuestión es fundamental para estas aves ya que durante él aprenden a alimentarse solas. En ese sentido, los expertos aseguran que, al tratarse de su primer acercamiento, suelen tener dificultades para localizar y capturar presas, lo que los vuelve vulnerables a la desnutrición. Detallan que este tipo de acontecimientos ocurren cada año. 

El regreso al mar de los pingüinos magallánicos se realizó en las costas de San Clemente del Tuyú.
El regreso al mar de los pingüinos magallánicos se realizó en las costas de San Clemente del Tuyú.

Una problemática conocida

Los problemas vinculados a la alimentación son particularmente graves en esta especie dado que la pérdida de grasa corporal impide que puedan mantenerse calientes bajo el agua, lo que puede resultar en hipotermia. Es decir, esta capa de grasa es esencial para su supervivencia. 

Explican que cuando presentan estos problemas de salud, los pingüinos suelen refugiarse en tierra firme, donde las temperaturas no son tan bajas. Este hábito permite que los recatistas los identifiquen y traten con rapidez. Al respecto, expresan que no es habitual que estén en las playas, a menos que trate de la época de reproducción, por lo que encontrarlos vagando por la costa siempre es una señal de alarma.