Puerto Escondido hoy es el hogar de más de 33.600 personas, y es la tercera ciudad con mayor caudal de turistas del estado de Oaxaca. Sólo entre enero y abril de este año más de 250.000 personas visitaron sus costas. El turismo se transformó en la industria más importante del lugar, y es la fuente de trabajo de más de 15.500 personas, un 46% de la población, según datos de la Secretaría de Turismo (Sectur).

Sin embargo, el auge inmobiliario está amenazando con destruir el tesoro más valioso de antiguo pueblo pesquero y aquello que le valió renombre a nivel global. Las olas que se dan en este paraíso surfista, consideradas unas de las mejores siete del planeta, dependen de una gran cantidad de variables tan únicas como delicadas.

Estudios oceanográficos realizados por el Instituto de Oceanografía Scripps (SIO, por sus siglas en inglés) muestran cómo ese frágil equilibrio fue perturbado por la construcción de hoteles, carreteras y centros turísticos.

«La construcción de un muro marino alteró el flujo de sedimentos que construye los bancos de arena necesarios para crear la poderosa ola. La recuperación de estas formaciones tras grandes tormentas ahora toma mucho más tiempo. La edificación de un paseo marítimo y restaurantes frente a la playa provocaron la acumulacion de arena, y los hoteles de varios pisos bloquean los vientos que antes ayudaban a crear la ola perfecta», indica el documento.

Fuente, Sputnik

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