Los Gobiernos de Colombia, Jamaica y Panamá dieron inicio esta semana a un proyecto valorado en 42 millones de dólares para combatir de forma conjunta la contaminación del plástico mediante la integración de la circularidad en las ciudades.

De este modo, adoptarán un enfoque de economía circular que ayudará a adoptar políticas de ciclo cerrado a nivel municipal, a implicar al sector privado para que haga lo mismo y a crear una red interurbana entre las ciudades de América Latina y el Caribe sobre los plásticos marinos y la contaminación del plástico en general, concienciando sobre las mejores prácticas.

La iniciativa está dirigida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el apoyo de la Secretaría del Convenio de Cartagena.

Según datos de la agencia, la economía mundial solo es circular en un 8,6%, cifra que aumenta ligeramente en América Latina y el Caribe, con un 10%.

Los impactos ambientales del modelo actual de «tomar, hacer, desechar» son especialmente pronunciados en las ciudades, ya que los centros urbanos son responsables de alrededor del 60% de los plásticos marinos.

La exposición al plástico mal gestionado puede perjudicar a la salud y a las especies marinas, provocando enredos y lesiones, ingestión, asfixia y contaminación tóxica. Además, la quema al aire libre de plásticos puede liberar contaminantes tóxicos, sustancias químicas que no se descomponen en el medio ambiente y contaminan el aire, el agua y los alimentos.