Un estudio publicado por el medio Nature Geoscience demostró la existencia de pulsos rítmicos de roca fundida bajo el manto terrestre, casi como un latido que nace desde las profundidades, justo donde se encuentra el continente. Los científicos aseguran que se está gestando un océano de lava, más precisamente en la región de Afar, en el cuerno de África.

Una área llamativa en África

Este sitio representa, desde hace décadas, un punto de interés  geológico por tratarse de uno de los pocos lugares en el globo donde tres grandes fallas tectónicas convergen. Esta peculiaridad ha dado lugar a fenómenos ampliamente estudiados desde mediados del siglo XX

Creen que los pulsos recientemente descubiertos podrían dar lugar, en un futuro, a una nueva cuenca oceánica. A su vez, el hallazgo permite comprender con más detalle cómo interactúa el interior del planeta con su superficie, demostrando que cada capa no es uniforme ni estática

Para llegar a estas conclusiones, los expertos analizaron más de 130 muestras de rocas volcánicas; a partir de ellas, y mediante el uso de datos previos y modelos estadísticos, pudieron reconstruir la estructura del manto y de la corteza que lo cubre. 

Advierten que África se dividirá por el surgimiento de un nuevo océano.
Advierten que África se dividirá por el surgimiento de un nuevo océano.

El movimiento de las fallas

El movimiento que se identificó es conocido como “surgencia” o “plume”, ya que no asciende de forma continua, sino en oleadas que dejan huellas químicas particulares. Estas marcas, que se repiten a lo largo de las fallas, funcionan como códigos de barra, con intervalos que varían según las características del terreno. 

Cabe destacar que los fenómenos tectónicos no son visibles a escala humana; de hecho, se miden en milímetros por año, y sus efectos completos se registran en escalas geológicas. Sin embargo, esta actividad en Afar es uno de los pocos casos en los que es posible observar un proceso de ruptura continental en marcha. A medida que las placas se separan, la corteza se estira, se adelgaza y eventualmente se rompe.