Tras más de veinte años investigando los movimientos de la empresa Butterball de pavos congelados, con la ayuda de personal infiltrado, la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) decidió divulgar en las últimas horas imágenes reveladoras que están causando indignación y escándalo en Norteamérica. 

Próximos a la celebración del Día de Acción de Gracias (cuarto jueves de noviembre), fecha en la que el plato característico es esta ave, salió a la luz un video grabado en 2006 donde se pueden visualizar diversos casos de crueldad contra estos ejemplares.

Contenido sensible

En el material se puede observar como un trabajador abusa sexualmente de un individuo al introducir sus dedos en las cloacas del ave, su zona genital. Asimismo, se muestran golpes y patadas contra animales indefensos, al tiempo que los autores de los hechos admiten realizar estas acciones con frecuencia.  

La publicación hecha por la organización ambientalista incluye la leyenda “¿Sabes lo que pasó con tu pavo Butterball antes de ser asesinado?”, e invita a los espectadores a reflexionar sobre el origen de sus alimentos, y si acaso están de acuerdo con continuar perpetuando el consumo de animales. 

Insisten en la importancia de no mantener ocultas estas imágenes a fin de que la gente tome consciencia. En esa misma línea, exigen que la televisión muestre a la industria tal como es y sin censuras.

En respuesta a PETA

Por su parte, la compañía avícola asegura que se trata de videos antiguos que no representan sus prácticas actuales. Al respecto aseguraron que desde hace al menos 10 años sus políticas procuran el bienestar animal y que se han sometido a inspecciones anuales para asegurar que así sea; de hecho, sostienen ser la primera y única empresa de este rubro en ser certificada por American Humane.

Esta certificación implica la verificación -por parte de terceros- de al menos 200 estándares científicos para garantizar el trato ético. 

Pese a estas declaraciones PETA no dio marcha atrás y recalcó que algunos de los empleados que quedaron expuestos no sólo continúan trabajando allí, sino que anteriormente habían presumido de sus abusos. Tras este comunicado sostuvieron que si esta información logra disuadir a alguien de comer aves, el riesgo habrá valido la pena.