Un grupo de biólogos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), dependiente del CONICET y con sede en la ciudad de Ushuaia, investiga la cantidad y tipo de microplásticos hallados en invertebrados del Canal Beagle, en un intento por aportar precisiones a un problema de medio ambiente a escala global.
Los investigadores fueguinos descubrieron, en estudios preliminares, la presencia de partículas plásticas en invertebrados marinos como «la lapa (Nacella magallánica) y el mejillón (Mytilus edulis chilensis), del Canal Beagle, y en el pez puyén (Galaxias maculatus) del Arroyo Negro, dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego», dijo Analía Fernanda Pérez, investigadora adjunta del CONICET en la Universidad Maimónides.
Si bien se trató de una novedad científica, porque hasta el momento no se habían estudiado los microplásticos en especies del canal que sirve de límite geográfico entre Argentina y Chile, el fenómeno era «esperable» porque «se está produciendo en todas partes del mundo», explicó el biólogo del Cadic Ignacio Chiesa.
Según el experto, las partículas plásticas de menos de 5 milímetros de longitud son halladas «tanto en las costas como en mar abierto» y ya se sabe que se van moviendo por la cadena trófica entre una especie y otra.
Con esta información, los científicos buscan determinar cómo es el movimiento del plástico a través de las corrientes oceánicas, en qué tipo de lugares se concentran o depositan y eventualmente qué consecuencia poseen para las especies que los ingieren, incluidos los seres humanos.
Aunque las consecuencias no estén del todo estudiadas, se sabe que las partículas de plástico pueden concentrar contaminantes «un millón de veces más que el agua de mar» y «absorber metales pesados o dejar biodisponibles plastificantes y aditivos tóxicos utilizados durante su fabricación», detalló Chiesa.
«Por lo tanto, la ingesta de estas partículas podría introducir toxinas en la base de la cadena alimentaria y así acumularse en los organismos a lo largo del tiempo -proceso conocido como bioacumulación– y también transferirse a niveles superiores, es decir a sus predadores», advirtió el biólogo del instituto de investigación fueguino.
Fuente, El diario de la República