Una vasta ampliación de la producción de caña de azúcar en Brasil para la transformación a etanol podría reducir las actuales emisiones globales de dióxido de carbono hasta en un 5,6 por ciento.
Según un estudio publicado ‘Nature Climate Change’, esta expansión sería un proyecto masivo que involucraría la conversión de cientos de miles de millas cuadradas, a campos de caña de azúcar.
La investigación se basó en un nuevo enfoque para modelar el comportamiento preciso de los cultivos de caña de azúcar en regiones que varían en la composición del suelo, la temperatura, la lluvia y muchos otros parámetros.
El gobierno brasileño ha mapeado tierras ecológicamente sensibles que no pueden ser utilizadas para la agricultura, la industria u otros tipos de desarrollo.
Brasil ya ha logrado mucho con su industria de caña de azúcar en etanol, dice la coautora del estudio Amanda De Souza, investigadora postdoctoral en Illinois y la Universidad de San Paulo.
A diferencia de Estados Unidos, Brasil utiliza casi toda la planta de caña de azúcar para obtener energía, extrayendo el azúcar para producir etanol, pero también quemando el residuo del tallo, para alimentar el molino, y el exceso se usa para generar y vender electricidad.
La producción de etanol a base de caña de azúcar en Brasil en la actualidad es mucho más eficiente que el etanol de maíz, y genera solo el 14 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del petróleo», subraya De Souza.
Para reducir aún más la huella de carbono de la caña de azucar, el gobierno de San Paulo, el principal estado productor de etanol en Brasil, prohibió su quema antes de la cosecha.
Más caña de azúcar en Brasil reduciría un 5,6% las emisiones de CO2. Esta expansión no tiene que detenerse en Brasil. Muchos acres en los que una vez crecieron caña de azúcar, desde el Caribe hasta Hawai, permanecen inactivos hoy.
Fuente: hemisferios.info/ Europapress