Los excrementos de las aves marinas transforman la composición de los suelos, del agua y de la vegetación de las zonas donde establecen sus colonias de reproducción. Un nuevo estudio muestra que estos restos son una importante fuente de nutrientes, especialmente en la región del océano Antártico y el océano Austral.
Después de haber obtenido los datos de impacto de las aves, los científicos los compararon con los producidos en otros procesos, como la actividad pesquera, que se tienen en cuenta dentro del ciclo natural del nitrógeno y el fósforo.
Los investigadores sugieren que las colonias de aves marinas en regiones polares y subpolares podrían ser puntos calientes de exportación de estos elementos a los océanos.
Fuente: Ecoticias.