Científicos de la Universidad Nacional de Luján descubrieron que el ibuprofeno tiene efectos colaterales en el ambiente y que afecta tanto a la natación de los peces, como también su capacidad para trasladarse, alimentarse y hasta para reproducirse.

Luego de su consumo y su posterior expulsión a través de la orina, el compuesto va a parar a los desagües, a las aguas superficiales y a las especiales que habitan ese ecosistema.

Si bien el ibuprofeno no es el más tóxico, al tener niveles de consumo tan altos, sus efectos en la fauna acuática ya son visibles.

La doctora Bettina Eissa, del Instituto de Ecología y Desarrollo Sustentable, sostiene que el ibuprofeno tiene una estructura química que no se degrada fácilmente, por lo que, a través de la orina, es eliminado del cuerpo casi igual que como cuando lo consumimos, es decir entre el 30 y el 90 por ciento de las dosis de fármacos ingeridos por humanos son excretados en la orina como sustancias activas.

Además, en términos reproductivos, se encuentra una proporción poco equitativa entre machos y hembras; hay muchos menos machos. Esta situación es responsabilidad de los anticonceptivos que tienen un alto nivel de estrógeno, desecho también presente en los cursos de agua.

Fuente Diario Popular.