A raíz de la alarmante sequía que atraviesa Brasil en estos momentos, la población de delfines rosados de agua dulce puede sufrir un gran número de decesos, similar a la tragedia ocurrida el año pasado.
La alarmante sequía en Brasil
Desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Brasil y MapBiomas, que monitorea 23 de los 60 lagos de la cuenca del Amazonas, alertaron sobre el aumento de las temperaturas del agua en los ríos, lo que puede afectar de forma severa a estos animales sagrados para las comunidades indígenas, considerados guardianes del mundo marino.
Helga Correa, especialista en conservación de WWF-Brasil, señala que «Lo más preocupante es que, el 23 de septiembre, 12 lagos ya presentaban temperaturas superiores a los valores observados en 2023, año en el que las aguas alcanzaron temperaturas extremas, resultando en una catástrofe para la población de delfines amazónicos».
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Las medidas para solucionar la problemática
Previamente, un grupo de biólogos, veterinarios y pescadores participó en una expedición para instalar microchips en varios delfines con el fin de monitorear los movimientos de estos animales, que son una especie única de agua dulce.
En este contexto, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó el mes pasado hacia el estado de Amazonas, donde visitó a comunidades que quedaron aisladas por la falta de agua en los ríos. A principios de esta semana, el Gobierno anunció un subsidio de 2.824 reales (unos 500 dólares) para cerca 100.000 pescadores afectados.