El cambio climático va demasiado deprisa para los seres vivos. Los intentos de adaptarse se producen en todos los órdenes de la vida: con el aumento de la temperatura, hay árboles que están ocupando espacios cada vez más al norte o cotas más altas de las montañas. Muchas aves están adelantando sus migraciones y los peces se están desplazando hacia el norte. Pero los pocos estudios lo suficientemente extensos en el tiempo que hay muestran que son pocas las especies que se adaptan al calentamiento global.
Un grupo de investigadores han revisado las publicaciones científicas que han estudiado la respuesta de los distintos animales al aumento de las temperaturas provocadas por el cambio climático en curso. Encontraron casi 5.000 estudios con datos de más de 1.400 especies en los que se recogían la conexión entre evolución de las temperaturas y cambios en determinadas características o patrones de conducta de los distintos animales, como adelanto del periodo de cría o el de las migraciones.
El estudio, publicado en ‘Nature Communications’, no ha encontrado confirmación de que las especies estén experimentando cambios morfológicos por la presión selectiva del aumento de la temperatura. Pero sí cambios fenológicos, adaptaciones de patrones de conducta de su ciclo vital, en general en forma de adelantamiento de los eventos de ese ciclo, como el fin de la hibernación o el inicio del periodo de apareamiento y cría. Pero estas adaptaciones no son suficientes ante el acelerado ritmo del cambio climático.
Para poder determinar si un cambio es adaptativo o no, hace falta trabajar durante décadas con las mismas poblaciones. Por eso, apenas hay estudios que respondan a esta última cuestión. Solo encontraron 71 trabajos sobre menos de 20 especies, la mayoría aves.
Fuente, El País