La ciudad está creando un pasillo de más de 11 kilómetros destinado a ayudar a las abejas, que comienzan a tener serios problemas para encontrar flores en el ámbito urbano. En Inglaterra, en las dos últimas décadas, el número de polinizadores ha disminuido en un tercio. Esto se debe fundamentalmente a factores como el uso de ciertos insecticidas, el aumento de la agricultura intensiva, o la urbanización creciente y la reducción de sus hábitats naturales.

 

Para revertir la pérdida de biodiversidad, se ha puesto en marcha este proyecto. Se sembrarán 22 praderas en parques y espacios urbanos que juntas forman un “pasillo de abejas” que recorrerá todo el municipio. 

 

Fuente, El País