Esta semana, millones de personas de todo el mundo volverán a pasar mucho calor debido al aumento de las temperaturas. Por ejemplo, en Estados Unidos, este fin de semana ha sido extremadamente caluroso, siguiendo al junio más cálido registrado en el país.
Por este motivo hay que tener especial atención a los contenedores plásticos, como las botellas de agua.
“Cuanto más calor hace, más material del plástico se puede filtrar a la comida o al agua potable”, afirma Rolf Halden, director del Centro para la Ingeniería de la Salud Medioambiental del Instituto de Biodiseño de la Universidad del Estado de Arizona.
La mayoría de los artículos de plástico liberan una cantidad ínfima de sustancias químicas en las bebidas o comidas que contienen. Conforme aumentan las temperaturas y el tiempo, los enlaces químicos del plástico se descomponen cada vez más y aumentan las probabilidades de que las sustancias químicas se filtren. Las cantidades de sustancias químicas son demasiado minúsculas como para provocar problemas de salud, pero los científicos que analizan los efectos a largo plazo de llenar nuestras vidas de plástico afirman que todas esas pequeñas dosis podrían acumularse.
La mayoría de las botellas de agua de los supermercados están compuestas de un plástico llamado tereftalato de polietileno, o PET. Se identifica con el código de identificación uno y se acepta en la mayoría de los programas de reciclaje.
Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad del Estado de Arizona en 2008 analizó cómo el calor aceleraba la liberación de antimonio en botellas de PET. El antimonio se utiliza para fabricar el plástico y puede resultar tóxico en dosis elevadas, según informan los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses. Con un tiempo templado, de unos 21 grados centígrados, los investigadores midieron los niveles seguros de esta sustancia química en el agua embotellada. Pero cuanto más cálido era el día, menos tiempo tardaba el agua en contaminarse.
En 2014, se detectaron trazas de antimonio y de un compuesto tóxico llamado BPA en agua vendida en botellas de agua chinas. En 2016, se detectaron altos niveles de antimonio en agua embotellada vendida en México. Ambos estudios analizaron el agua en condiciones superiores a 65 grados Celsius, es decir, en los peores casos posibles.
Según la Asociación Internacional del Agua Embotellada, un grupo industrial, el agua embotellada debería mantenerse en las mismas condiciones que los consumidores mantienen otros productos.
Fuente, National Geographic