La amplia variabilidad de climas y suelos en la que se cultiva el girasol en la Argentina favorece la aparición de diferentes especies de malezas que afectan su producción, muchas resistentes a los herbicidas más utilizados.

 

Para contribuir a un manejo más eficiente de esta problemática, técnicos del INTA desarrollaron un híbrido con resistencia a herbicidas del grupo de las imidazolinonas. Desde el punto de vista agronómico, presenta características positivas como buen comportamiento sanitario, gran estabilidad, alto rendimiento y buen contenido de aceite en grano. Recomendado para la mayoría de las zonas productivas del país, este nuevo cultivar estará disponible para la campaña que comienza en pocos meses.

 

Fuente, INTA informa