Según afirman expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, Latinoamérica está abriendo paso a la temporada de huracanes en los océanos Pacífico y Atlántico.

Aclaran que en esta oportunidad los fenómenos podrían verse alterados, aumentando su cantidad e intensidad. Esta información está siendo respaldada por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, que prevé los primeros episodios para mediados de mayo en la región oeste y para junio en el este. En ambos casos, los pronósticos indican que terminará en diciembre. 

El curso de los huracanes

En cuanto al desarrollo, movimiento y alteraciones, creen que las aguas más calientes del Atlántico, que este año aumentaron su temperatura prematuramente, tendrán influencia durante la temporada, lo que podría acentuar los impactos.

Además, estiman que la llegada de La Niña, que se caracteriza por la presencia de corrientes de agua cálida en la zona de Chile y Perú, donde habitualmente las corrientes son frías, también favorecería la formación de nuevos eventos meteorológicos o su fortalecimiento.

Según la Secretaría de Marina mexicana, para este 2024 se prevén un total de 37 episodios ciclónicos: 20 en el Pacífico y 17 en el Atlántico, entre huracanes fuertes e intensos, y tormentas y depresiones tropicales. El Comité de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya estableció los nombres para esta temporada.

Momento de prepararse

Si bien esta información podría ser útil a los gobiernos para establecer medidas de contención, lo cierto es que se está hablando de ciclones particularmente fuertes, parecidos al que impactó en el sur de México el año pasado. El huracán Otis, de categoría cinco, dejó a su paso pérdidas millonarias y decenas de muertos en la turística ciudad de Acapulco.

Huracanes como el Otis en México representan un gran riesgo para la población.
Huracanes como el Otis en México representan un gran riesgo para la población.

En ese sentido, los especialistas piden estar atentos al desarrollo de la temporada para tener una visión más clara de las posibles repercusiones. 

Por otro lado, advierten que esta situación no es aleatoria y que el cambio climático, asociado a factores antrópicos, está asociado al aumento de estos eventos.