La contaminación en la conurbación barcelonesa tendió el año pasado a estabilizarse, sobre todo en los principales contaminantes, según el anuario sobre la calidad del aire en Cataluña del año 2017 hecho público hoy con los resultados de las mediciones de las estaciones de vigilancia atmosférica.
Según estos datos, las partículas en suspensión no sobrepasaron el año pasado ni el valor límite anual ni el valor límite diario en la conurbación de Barcelona.
El anuario revela, sin embargo, que el dióxido de nitrógeno, las partículas PM10, el ozono troposférico y el sulfuro de hidrógeno sí superaron determinados límites legislados en el territorio catalán.
Los datos, obtenidos a través de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica (XVPCA), indican que la gran mayoría de los contaminantes que se evalúan alcanzaron sus objetivos durante el año 2017.
Es el caso, por ejemplo, de los metales pesados arsénico (As), cadmio (Cd), níquel (Ni) y plomo (Pb), y también en el caso del benceno (C6H6), cloro (Cl2), ácido clorhídrico (HCl ), el benzo (a) pireno (C20H12), las partículas PM 2.5, el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO), que solían presentar incumplimientos hace algunos años.
El anuario atribuye esta estabilización a los cambios normativos y las mejoras tecnológicas que han conseguido reducir las emisiones.
Según los datos, los niveles de NO2 se mantuvieron estables durante 2017 respecto al año anterior y, en concreto, cinco estaciones, presentaron superaciones del valor límite anual -40 microgramos por metro cúbico (mg/m³) de aire- de las 68 que miden este contaminante en toda Cataluña.
Todos estos puntos de medición están ubicados dentro de la zona de protección especial e instalados cerca de la influencia de las emisiones derivadas del tráfico.
Las partículas en suspensión de diámetro inferior a 10 micras (PM10) han disminuido bastante en toda Cataluña desde 2008, y también en la conurbación de Barcelona, donde históricamente habían presentado superaciones de los niveles establecidos.
Fuente: Lavanguardia