La contaminación generada por el hombre obliga a las especies animales a adaptarse cada vez más rápido a los cambios que se producen en su entorno.
La serpiente marina cabeza de tortuga es un ejemplo. Para hacer frente a este problema, ha cambiado el color de su piel. Según un grupo de investigadores de la Universidad de Sidney, los ejemplares que viven cerca de enclaves humanos han cambiado las rayas características de su cuerpo para volverse completamente negro.
El estudio, publicado por la revista Current Biology, ha observado las diferencias que existen entre la especie de serpiente marina que vive en zonas de arrecife de coral y aquella que se encuentra más cercana a núcleos urbanos industrializados. Los investigadores han determinado que la causa de este cambio en la apariencia es la polución que obtienen por la ingesta de alimentos y de agua contaminados.
Según los científicos, la mayoría de toxinas que se encuentran en el organismo del animal marino son eliminadas al mudar de piel. El profesor Rick Shine de la Universidad de Sidney y coautor de la investigación explicó que la piel negra permite a la serpiente atraer algas marinas que crecen en su piel, esto provoca que la serpiente mude más a menudo. Por lo tanto, una piel más oscura ayuda a estos vertebrados a eliminar de manera más efectiva la contaminación adherida a su cuerpo”.
Las algas que crecen en la piel de la serpiente suponen una desventaja para ésta, ya que ralentiza su movimiento. Al cambiar de piel más veces «ayudan a excretar los contaminantes más rápidamente».
Fuente: BBC