Los cierres por el coronavirus hicieron que mucha gente se replantee su vínculo con la naturaleza y comience a repensar su impacto en cada ámbito de su vida, lo que incluye necesariamente al turismo. Atendiendo a estas nuevas demandas, la industria busca reinventarse.
Una encuesta realizada por Booking.com mostró que para el 78 % de los argentinos consultados, los viajes contribuyen a su bienestar mental y emocional. Sin embargo, el 65 % comprendió su importancia cuando ya no pudo hacerlo por la pandemia.
Luiz Cegato, gerente de Comunicación de Booking Latam, declaró que, en la transición a la pospandemia, los viajeros se volvieron más conscientes del impacto que tienen sobre el ambiente.
Las cifras
De acuerdo con la investigación, 71% de los argentinos quieren viajar de manera más sustentable y un 63% admite que la pandemia provocó en ellos cambios de actitudes: ahora reciclan o reducen su desperdicio de comida.
Respecto de sus viajes, buscarán alojamientos que apliquen prácticas sustentables (92%) y reducirán su consumo de energía en el mismo, por ejemplo, apagando el aire acondicionado y las luces cuando no estén en la habitación (82%) y utilizarán medios de transporte más ecológicos como caminar, bicicleta o transporte público en vez de taxis o autos alquilados (85%).
«Nuestros planes debieron adaptarse a la nueva realidad», dice Cegato, que considera a la industria como «resiliente». Para él la capacidad de adaptabilidad y de desarrollo de nuevos productos será clave para la supervivencia del sector.
Los alojamientos representan el 10 % de las emisiones anuales totales de la industria del turismo -según EY Parthenon y Booking.com- y emite el equivalente a 264 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año.
Los destinos
Los productos basados en la naturaleza y el turismo rural son algunas de las principales tendencias que configuran la demanda actual y futura. Los lugares donde se llevan adelante tareas de reintroducción de especies en peligro de extinción o extintas cobraron interés turístico, volviéndose los destinos más elegidos.
Marisi López, coordinadora del Proyecto Iberá y referente de la Fundación Rewilding Argentina, lo confirma: «Lo constatamos tanto en Iberá como en El Impenetrable y en Patagonia. La pandemia hizo que los turistas empiecen a elegir en mayor medida destinos de conexión con la naturaleza».
La Fundación y Rewilding Experience desarrollan programas de ecoturismo en los distintos parques nacionales que han creado, donde realizan el trabajo de reinserción de especies en peligro y se trabaja en su infraestructura para que las comunidades puedan desarrollar sus proyectos turísticos. De este modo, diferentes programas -«Iberá», «El Impenetrable», «Patagonia», – sirven de sostén y restauración en beneficio de la fauna y la flora, de los valores culturales y de las poblaciones autóctonas de cada región.
«El ecoturismo genera una economía local sostenible, asegurando la cultura y evitando la extinción de especies», dicen en Rewilding, donde se aseguran de que cada viaje genere conciencia y cree movimiento social y económico en las localidades. Los beneficios se vuelcan en el trabajo de restauración del ecosistema y en la protección y reintroducción de especies.
Con información de El Cronista