Un nuevo informe lanzado por la Universidad de Harvard, en colaboración con otras dos instituciones de Estados Unidos, sostiene que las partículas finas (conocidas como PM2.5) originadas por centrales eléctricas de carbón duplicarían el riesgo de muerte prematura con el tiempo en comparación con otras fuentes.

En ese sentido, advierten que durante mucho tiempo el carbón ha sido tratado como un contaminante atmosférico más y que se ha subestimado su potencial dañino. Hasta ahora no se sabía si la fuente de partículas era, o no, un factor importante.

Los hallazgos cobran valor a la hora de replantear si la necesidad de energía barata sopesa los importantes costos en salud y ambiente.

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Energía a base de carbón: estos son los datos

El estudio recopiló información de entre 1999 y 2020. Sus resultados afirman que la exposición a este tipo de contaminante pudo haber contribuido a la muerte de más de 460.000 estadounidenses durante ese período.

Al respecto, la mayoría de los fallecimientos ocurrieron hasta el 2007, cuando los niveles de partículas finas fueron más altos.

También se utilizaron datos sobre las emisiones de 480 plantas de carbón en el país norteamericano. Asimismo, el equipo analizó cómo se desplazaron sus emisiones sobre las áreas geográficas para determinar los campos de exposición.