El mascotismo de animales silvestres trae aparejado un riesgo para las personas ya que en condiciones de hacinamiento las posibilidades de contagio de ciertas enfermedades son elevadas. Por último, los animales pueden sufrir daños irreversibles al mantener un contacto directo con los humanos y su tenencia en muchos lugares es ilegal.

Especialistas explican que los animales enjaulados no son felices ni poseen bienestar. No están acostumbrados al contacto con la gente, se estresan y resulta traumático para ellos.

Existe un tráfico de animales, como catas y loros, que resulta un verdadero problema debido a los volúmenes que se secuestran y a la infraestructura que se requiere para permitir su retorno a la naturaleza. En el momento en que un animal sale del hábitat su reinserción es difícil.

Margarita Jaramillo, Secretaria académica de la Universidad de San Pablo, sostiene que es bueno empezar a sembrar en los niños el cuidado y la conservación de la fauna y la flora para que se logre impactar positivamente. Cree que divulgar el trabajo de las reservas ayuda a sembrar en cada persona una semilla de conciencia.

 

Fuente: La Gaceta.

PH: Tiempo del Este.