La tala en Brasil afectó a 119 kilómetros cuadrados de la selva amazónica, en contraste con los 167 kilómetros cuadrados registrados en enero de 2023, lo que confirma la tendencia a la baja que se ha mantenido desde que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sucedió al mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).

Según las alertas del Gobierno basadas en imágenes satelitales, el punto máximo de destrucción por deforestación en el mayor bosque tropical del mundo se alcanzó en enero de 2022, con 430 kilómetros cuadrados afectados.

Todavía falta trabajo para mejorar el estado de la Amazonía.
Todavía falta trabajo para mejorar el estado de la Amazonía.

¿Cómo fueron los años anteriores?

Si bien se destaca el descenso de la tala, el dato de enero aún se encuentra lejos de los registros de 2017, cuando en su comienzo registró apenas 58 kilómetros cuadrados destruidos.

El año pasado, la deforestación en la Amazonía disminuyó en un 50 % en comparación con 2022, alcanzando los 5.154 kilómetros cuadrados, mientras que en el Cerrado aumentó un 44 %, llegando a los 7.848, según el sistema de alertas.

Por su parte, el Gobierno de Lula ha destacado que estos datos alentadores son el resultado de una política de vigilancia y sanciones más estrictas contra aquellos que contribuyen a la destrucción de la vegetación.