Según los datos preliminares del sistema de vigilancia DETER, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), el pasado mes de febrero, 209 kilómetros cuadrados de bosques fueron destruidos.
Aunque el área, que equivale a más de 29.000 canchas de fútbol, sólo contempla datos hasta el 17 de febrero, ya representa un alza en relación con el récord anterior, el cual fue de 199 kilómetros cuadrados destruidos en ese mismo mes de 2021, último año del gobierno de Jair Bolsonaro.
El monitoreo satelital había reportado una caída de 61 % en relación con el mismo período de 2022, aunque organizaciones ambientalistas alertaron que era prematuro hablar de una «reversión de tendencia», ya que parte de la caída podía atribuirse a una mayor cobertura de nubes que perjudicaron los cálculos.
Con respecto a la cantidad de nubes en el cielo, Daniel Sliva, especialista en conservación de la ONG WWF-Brasil, declaró que “lo que se está observando ahora tal vez contemple tanto el área destruida este mes como también de enero».
Además, sobre el gobierno de Bolsonaro, expresó que la deforestación anual promedio en la Amazonía brasileña aumentó 75,5 % con respecto a la década anterior.