Debido a la grave sequía que está experimentado la región brasileña algunos elementos pertenecientes a los pueblos originarios han salido a la luz. Es el caso de algunas “caretas” ornamentales talladas en roca y otros objetos pertenecientes a la naturaleza.
Algunos de estos grabados datan de una cronología estimada entre mil y dos mil años atrás. No es la primera vez que estas maravillas quedan expuestas en Manaos; la última gran sequía del Río Negro, hace 13 años, también había sido reveladora, cuando las aguas descendieron hasta los 13,63 metros.
Cabe destacar que, este año, el cuerpo de agua alcanzó niveles aún más bajos, convirtiéndose en la peor sequía de la historia amazónica. En ese sentido, destacan que los factores climáticos como El Niño y la distribución del calor en el Océano Atlántico Norte, están relacionados a esta situación.
Respecto a los hallazgos, el Instituto de Patrimonio Histórico Artístico y Nacional (Iphan) anunció esta semana el descubrimiento de nuevos sitios arqueológicos. Uno de ellos es el Fuerte São Francisco Xavier, a orillas del río Solimões, cerca de la triple frontera con Perú y Colombia, y construido en el siglo XVIII.
Los expertos afirman que, en el siglo XX, el lugar resultó afectado por derrumbes y terminó sumergido.
En la localidad de Anamã también aparecieron pedazos de urnas cerámicas funerarias de la época precolonial y en Urucará, a 260 kilómetros de Manaos, se hallaron grabados esculpidos en piedra.