Kelloggs logró reducir en dos años las emisiones de gases de efecto invernadero en un 47% en su fábrica de Valls (en Tarragona, España), en el marco de sus Compromisos Globales de Sostenibilidad puestos en marcha en diciembre de 2015.

Además, entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017, la planta de producción de Kelloggs en Valls ha reducido el consumo de energía en un 5%; el consumo de agua en casi un 10%; y el desperdicio alimentario y la generación de residuos en un 6%.

Kelloggs se unió a la iniciativa global RE100 en septiembre de 2017, comprometiéndose así a usar energía 100% renovable para el año 2050. En la actualidad, toda la electricidad consumida en Valls , que supone un 32% del total de la energía utilizada en la planta, ya procede de fuentes de energía renovable.

Los alimentos producidos que no se venden son enviados al Banco de Alimentos. Los que tienen paquetes dañados en su superficie son aprovechados para alimentación animal.

Por otro lado, se realizan actividades de concientización y comunicación y se crean equipos de trabajo enfocados a detectar oportunidades de ahorro.

Fuente: Hemisferios/Europapress