Desde este lunes continúa el juicio oral y público contra el productor Ricardo La Regina, quien es acusado de daño ambiental agravado y crueldad animal en perjuicio de una colonia de pingüinos de Magallanes. El caso cuenta con la participación de al menos 50 testigos y otros expertos internacionales.

Desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) de Chubut precisaron que la actividad ya comenzó con la incorporación de prueba documental y los alegatos de la parte acusatoria y de la defensa. Se trata del primer juicio oral en el país por este tipo de delitos. 

La causa

La querella incluye a Greenpeace, a la Asociación de Abogados Ambientalistas y a la Fundación Patagonia Natural, quienes sostienen que entre agosto y diciembre de 2021 La Regina habría provocado la destrucción de 175 nidos con ayuda de un tractor, lo que causó la muerte de cientos de ejemplares en etapa de reproducción.

Asimismo, se lo juzga por la instalación de un cerco eléctrico no autorizado que también habría provocado el deceso de algunos individuos adultos. Los hechos se dieron en la Reserva Punta Tombo, un espacio que forma parte de un Área Natural Protegida reconocida por la UNESCO

El presunto responsable estaría intentando abrir un camino con maquinaria al momento de lo ocurrido. Dicho trazado, que se realizó en paralelo al mar, buscaba establecer límites de sucesión en el campo.  

Compensar a los pingüinos

En un intento por evitar la condena, el acusado ofreció donar 500 hectáreas de terreno al Estado. Por su parte, su abogado aseguró que esta propuesta no significaba reconocer los hechos, sino evitar el “tormento” que refiere al proceso penal, algo que fue rechazado por ser considerado tardío. 

El tío del imputado también es parte importante del proceso ya que fue el principal denunciante. En ese sentido, aseguró que ante la falta de respuesta de la Secretaría de Turismo, él mismo debió contratar a un especialista para elaborar el informe presentado ante la justicia

El hombre califica a los eventos ocurridos como “una salvajada” y expresó que nunca se escribieron los roles de explotación ganadera y convivencia de animales en el lugar, lo que significa que el desmonte realizado -que terminó con la vida de los pingüinos de Magallanes- no estaba reglamentado.