Cada 20 de mayo es su Día Mundial. La fecha fue escogida por las Naciones Unidas en el 2018 con la intención de ponderar el rol de las abejas en la agricultura. La misma rememora el nacimiento de Anton Jnsa, un apicultor esloveno del siglo XVIII que fue pionero para la creación de técnicas más modernas.
Esta conmemoración es una oportunidad para recordar las importantes contribuciones que hace esta especie a la preservación de la biodiversidad y a la seguridad alimentaria; sobre todo en un contexto de cambio climático.
El valor intrínseco de las abejas
Detallan que estos insectos son responsables de polinizar las plantas y, además, juegan un papel importante en la reproducción de las mismas, por lo que proteger su existencia debe ser considerado una prioridad mundial. En ese sentido, explican que las prácticas agrícolas no sostenibles son su principal amenaza.
Sin embargo, existen otras adversidades, como la pérdida de hábitat y el uso indiscriminado de pesticidas. Al respecto insisten en que su declive puede poner en riesgo la seguridad alimentaria en todo el mundo; es por ello que se deben promover acciones concretas que las protejan.
Mucho más que un insecto
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El servicio ecológico que ofrecen impacta en el 75 % de los cultivos del planeta, aumentando su rendimiento, mejorando la calidad de los productos y su diversidad. Todos estos beneficios contribuyen al equilibrio ecosistémico.
En total hay más de 20.000 especies de abejas que no sólo favorecen la producción agropecuaria, sino que también son la base de un pilar económico esencial tanto de manera directa como indirecta. Un ejemplo de ello es la miel. Argentina es el segundo mayor exportador mundial con producción artesanal y de alta calidad, propiciada por un entorno natural con amplia gama de flores.