La Agencia de Ambiente británica regula la extracción y el embalse, trabajando con compañías de agua, agricultores, industria, negocios y otros para proteger el acceso a este recurso y asegurarse de que se extraiga de manera sostenible.
Como consigna la página oficial del Gobierno del Reino Unido, “Inglaterra se enfrenta a una mayor presión sobre sus recursos hídricos debido al crecimiento demográfico y el cambio climático. Si no se toman medidas, para 2050 se ha pronosticado una importante escasez de agua en partes del país y algunos ríos podrían tener entre un 50 y un 80 por ciento menos de agua durante el verano. Según proyecciones recientes, para entonces se necesitarán más de 3.400 millones de litros adicionales por día en Inglaterra, un aumento del 23 % con respecto a los suministros actuales”.
Explican que “La Revisión de los cargos de los recursos hídricos tiene como objetivo crear un sistema más justo en el que las personas paguen por los servicios que reciben y quienes extraen una gran cantidad de agua, como las compañías de agua, paguen más, lo que respalda el cambio de comportamiento para usar el agua de manera más económica”.
Los nuevos cargos se basarán en el volumen de agua tomado del ambiente, de dónde se saca el agua y cuánta de ella se devuelve al ambiente. “El nuevo marco de cobro asegurará £25 millones en ingresos adicionales cada año para proteger el acceso al agua y enfrentar los desafíos ambientales, incluso para ayudar a proteger los hábitats sensibles de Inglaterra, como los arroyos de creta”, especifica el texto.
Desde el Gobierno afirman que este aumento de la financiación de los cargos permitirá una mayor inversión por parte de la Agencia de Ambiente, lo que redundará en la protección de los suministros futuros mediante el mantenimiento y la operación de la infraestructura, incluidos los esquemas de transferencia de agua, las estaciones de medición, los vertederos y las compuertas, la modernización del sistema de licencias de extracción de agua a través de la transformación digital, y la protección y mejora del ambiente a través de un enfoque más sostenible para la extracción de agua con mayor énfasis en hábitats raros y sensibles, como los arroyos de tiza únicos de Inglaterra.