Estos cambios podrían determinar su capacidad para sobrevivir. Con el calentamiento global, los investigadores quisieron saber cómo se adaptan los animales a la transformación de su hábitat, analizando datos con un intervalo de 20 años. Los datos mostraron que, en ese momento, tanto las focas como las ballenas pasaban la mitad de su tiempo buscando alimento en los frentes glaciares y su dieta estaba dominada por el bacalao polar.
Pero ahora, las focas oceladas pasan más tiempo cerca de los frentes glaciares, mientras que las belugas se trasladan a cazar a otros lugares. La respuesta «flexible» que parecen adoptar las ballenas a la transformación de su hábitat «mejora sus posibilidades de adaptarse al cambio climático», según consideran los investigadores del Instituto Polar Noruego y de la Universidad de Tromso.
Fuente: AFP