Científicos de Reino Unido y de Estados Unidos se están apoyando en las focas para cartografiar las corrientes de agua submarinas y comprender los corrimientos de hielo en el continente antártico.
Se trata de un proyecto que busca entender la creciente rapidez del derretimiento en la región, teniendo en cuenta que viene sucediendo desde las bases y por causa de aguas más calientes.
Una ayuda muy especial
Para dar con una respuesta se están intentando combinar varios datos, como las propiedades hidrográficas, la salinidad, las temperaturas y los niveles de oxígeno disuelto. Es por estos motivos que están requiriendo la implementación de mamíferos con sensores. Los mismos se pueden desplazar a áreas más remotas donde las personas no pueden llegar.
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El logro de las focas
Gracias a este sistema es que pudieron descubrir que el agua de deshielo que fluye desde el mar de Bellingshausen -una región acuática poco estudiada- tiene un fuerte efecto sobre las barreras de hielo de toda la Antártida Occidental. Asimismo, dieron con una fosa en el fondo marino nunca antes vista, la cual fue bautizada como “fosa de las focas”.
Por último, los expertos identificaron otras dos fuentes de agua de deshielo -una de Bélgica y otra de la plataforma de hielo Abbot- que se desplazaban por el mar. Se estima que ambos flujos están afectando severamente las plataformas de hielo de la región.
Los autores del estudio, publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans, aseguran que gracias a la incorporación de las focas se podrá estudiar más a fondo cómo evolucionan las plataformas de hielo y generar nuevas actualizaciones en cuanto a los flujos de agua.