Un reciente estudio, publicado por la revista Cretaceous Research, situó la presencia del límite Cretácico-Paleógeno -un evento ocurrido hace 66 millones de años- en la Antártida Chilena. Este sería el punto más austral donde se detectaron rastros del paso del meteorito Chicxulub, cuyo polvo cubrió la Tierra durante más de un año, causando la muerte del 75 % de las especies del planeta, incluidos los dinosaurios. 

Los expertos explican que se logró identificar gracias a una serie de señales, como microesférulas, cuarzo de impacto, anomalía de iridio y depósitos de flujo de detritos -entre otros- que dejaron una huella en las rocas de la zona. El elemento iridio fue la clave principal, dado que no es muy habitual en la corteza terrestre, pero sí es muy abundante en meteoritos. 

El mundo después de los dinosaurios

Explican que los muestreos en esta locación mostraron evidencia de las perturbaciones ambientales ocurridas durante el evento de extinción masiva. En ese sentido, creen que esta información podría esclarecer cuáles fueron los cambios climáticos ocasionados por el choque del asteroide. 

Asimismo, detallan que esta investigación podría abrir nuevas interrogantes respecto a qué especies aparecieron y cuáles desaparecieron en respuesta a este fenómeno, y a cómo varió el clima luego de esta perturbación. 

Especulaciones y previsiones

Este estudio nació en el 2020 con la extracción de sedimentos en la Cuenca de Magallanes. Se trata de un trabajo colaborativo en el que participan instituciones de Chile, Brasil y Estados Unidos. Recientemente salieron a la luz los primeros resultados que han puesto en valor el patrimonio natural del territorio patagónico. 

A grandes rasgos, los especialistas esperan lograr una mayor comprensión sobre los eventos ocurridos a fines de la Era de los Dinosaurios y su impacto en la historia geológica de la Tierra, los nuevos linajes y nuestra aparición en ella.